Todo ser humano siente la necesidad de comunicarse con sus semejantes y en algunas oportunidades, de expresar sus ideas ante un grupo a través de la expresión oral; mediante una serie de técnicas que establecen las pautas que se deben seguir para efectuar una buena comunicación oral. Desde la antigüedad el hombre ha sentido la necesidad de expresar sus ideas oralmente para comunicarse con sus semejantes de acuerdo al entorno social donde se desenvuelve.
La comunicación oral es más amplia que el habla, porque en algunas situaciones requiere de elementos paralingüísticos para culminar su significación final. La expresión oral no sólo necesita el conocimiento del idioma, sino que abarca elementos no verbales como los gestos.
La buena expresión oral se caracteriza por la destreza al hacer uso adecuado del volumen y la entonación de la voz, la cercanía con el auditorio con una postura adecuada que refleje serenidad y dinamismo, el contacto visual y su dirección es relevante para atraer a la audiencia. Además el orador debe tener un adecuado dominio del idioma, como elemento fundamental para una buena comprensión del mensaje.
El mensaje oral debe estar bien estructurado, para no caer en improvisaciones, por lo que se debe; plantear y justificar el tema, desarrollar los argumentos que apoyan la opinión del orador y sintetizar lo expresado.
El orador debe usar el léxico que la audiencia pueda entender, tomando en cuenta el público al cual va dirigido, los gestos deben ser naturales, oportunos y convenientes, sin caer en exageraciones. Además debe mostrar destreza en la postura de su cuerpo, manteniendo sus brazos, sus manos y sus piernas con movimientos adecuados que demuestren a la audiencia soltura, naturalidad, dinamismo y serenidad.
La apropiación del sistema de la lengua escrita es uno de los objetivos fundamentales del sistema educativo, donde se hace énfasis en la interacción permanente de actos de lectura y escritura, para lo cual es necesario un conocimiento lingüístico que permita afianzar la expresión escrita, ahondar la comprensión y producción de textos escritos de diferente tipos, así como también el uso de los aspectos formales y gramaticales de la lengua escrita.
Desde esta perspectiva es necesario responder a esta interrogante ¿qué es escribir? Es producir textos escritos con coherencia y con una extensión considerable. La escritura va desde el trazo de las letras hasta los procesos más complejos de reflexión, selección, ordenación de ideas, revisión y reformulación del texto. Un buen escritor muestra dominio de aspectos cognitivos y psicomotrices.
En la redacción de textos se debe analizar la situación de comunicación, es decir a quien va dirigido el texto y que se quiere lograr con esa expresión escrita, así como generar y organizar las ideas. El siguiente paso es elaborar la producción escrita y releerlo en forma general y corregir los errores.
En un principio los investigadores de la expresión escrita centraban su atención en la adecuada coherencia y la buena cohesión de las producciones escritas. Después de realizar investigaciones, determinaron que un buen escritor organiza sus ideas de acuerdo al receptor al cual va dirigido el texto, organiza las ideas con coherencia y cohesión, realimenta los párrafos escritos, hace una revisión del texto en general y utiliza material de apoyo. De lo anterior se deriva el interés por las microhabilidades en el proceso de producción de un texto.
Las microhabilidades psicomotrices se desarrollan con los métodos de enseñanza de la lectura y la escritura, los cuales son: Método Sintético (se comienza por trazos, luego letras y después las palabras) y el Método Analítico (se comienza con frases, palabras y letras).
Frecuentemente se combinan ambos métodos (métodos mixtos), para que el niño dibuje trazos, escriba letras, palabras y frases.
